miércoles, 18 de enero de 2017

Dime cómo evalúas y te diré que tipo de profesional eres, y de persona...



La evaluación, no se puede omitir en el proceso de enseñanza- aprendizaje ya que la evaluación de competencias y por competencias es un proceso de retroalimentación, determinación de idoneidad y certificación de los aprendizajes de los estudiantes de acuerdo con las competencias de referencia, mediante el análisis del desempeño de las personas en tareas y problemas pertinentes. Esto tiene como consecuencia importantes cambios en la evaluación tradicional, pues en este nuevo enfoque de evaluación los estudiantes deben tener mucha claridad del para qué, para quién, por qué y cómo es la evaluación, o si no, está no va a tener la significación necesaria para contribuir a formar profesionales idóneos. La evaluación debe plantearse mediante tareas y problemas lo más reales posibles que impliquen curiosidad y reto.


Ciertamente la evaluación por competencias implica un nuevo desafío para nosotros los profesores, ya que transforma la visión unívoca de calificar aspectos ponderables o analizables, que en su momento fueron considerados como suficientes. En la actualidad los estándares han cambiado, ya que se busca mejorar los aspectos pedagógicos del proceso educativo. Es importante mencionar que la evaluación cuenta con un sustento filosófico, sociológico y psicológico que responde a la globalización de los mercados y del conocimiento, por lo que es un proceso de medición, acompañamiento y ajuste permanente de la enseñanza y del aprendizaje, no sólo en el aula, sino también en lo laboral y en la cotidianidad. La evaluación por competencias se ubica como la medición de capacidades, habilidades, destrezas, actitudes y valores del estudiante en un momento específico y en diversos ámbitos sociales.


El rol de nosotros los docentes ante este nuevo desafío implica superar los modelos tradicionales de evaluación y migrar hacia la construcción y acompañamiento de un proceso permanente y sistemático que guiará a los actores educativos, a la par, como herramienta que ayudará a la formación de ciudadanos, libres, críticos y gestores de su propia educación.

La evaluación por competencias valora el ser, y el hacer de las acciones del estudiante en un contexto sociocultural y disciplinar específico. Para lograrlo es necesario elaborar una metodología que incluya la planeación, ejecución y seguimiento en actividades teóricas y prácticas, encaminadas a mejorar el proceso educativo. Dichas actividades deben responder a objetivos ( individuales y grupales), ser sistemáticas, creativas y partir de la base de un diagnóstico que permita promover estrategias de enseñanza- aprendizaje y de evaluación, coadyuvando en la adquisición y desarrollo del mayor número de competencias genéricas en los estudiantes. La evaluación por competencias es una categoría didáctica en la cual es indispensable considerar los tiempos y los espacios que caracterizan un tema, una asignatura o un currículo, por lo que la enseñanza debe propiciar el análisis, la síntesis la abstracción y la generalización que favorecen la formación de individuos autónomos.

La evaluación por competencias se considera como un proceso continuo de recopilación de evidencias que permiten apreciar los resultados del aprendizaje, incluyendo elementos cualitativos y cuantitativos, por lo que no es la competencia misma la que se evalúa, sino el desempeño del alumno, es decir que el estudiante ponga en práctica sus capacidades en situaciones diversas y momentos específicos. Es importante señalar que aun cuando el enfoque por competencias pone énfasis en el estudiante como protagonista del aprendizaje, el docente continúa desempeñando un papel importante en el proceso de evaluación.

Ciertamente la evaluación es útil para el que aprende y para el que enseña ya que al DOCENTE le permite identificar cuál es su aporte al desarrollo de competencias de los estudiantes , qué es lo que están aprendiendo y cómo están reconociendo los distintos códigos con los que él trabaja. Es una herramienta para evaluar su práctica pedagógica.

En el caso de los ESTUDIANTES, la evaluación, aumenta las oportunidades de aprendizaje, cuando un docente tiene claro que enseñar, el beneficiario es el alumno, porque tiene la probabilidad de aprender más. Y le permite reconocer en qué estado se encuentra, para orientar su aprendizaje.

De manera particular en mis clases de matemáticas lo que evalúo son las competencias (conocimientos, habilidades, actitudes y valores) que van desarrollando mis alumnos a lo largo del curso, utilizando diferentes técnicas e instrumentos de evaluación dependiendo de la actividad que se evalúa, por lo regular los instrumentos que más utilizo, son las:
Rúbricas de evaluación: Este instrumento me permite identificar la frecuencia o intensidad de la conducta a observar o lo niveles de aceptación frente algún indicador, mediante una escala.

Listas de cotejo: Es un instrumento estructurado que me ayuda a registrar la ausencia o presencia de un determinado rasgo, conducta o secuencia de acciones. La escala se caracteriza por ser dicotómica, es decir que acepta solo dos alternativas.

El portafolio de evidencias: Son el conjunto de documentos que contiene toda la información y evidencias concernientes al aprendiz en el proceso de formación.
Respecto a las técnicas de evaluación que utilizó, las más comunes son:

Técnica de observación: Esta técnica me permite observar las evidencias de habilidades, destrezas, aplicación de conocimientos y actitudes del estudiante en forma detallada y permanente, con el propósito de brindarle orientación y retroalimentación cuando así lo requiera para garantizar el desarrollo de competencias y el logro de resultados de aprendizaje.

Técnica de estudio de casos: Es una técnica que me permite trabajar con información de un hecho real o hipotético en una organización y que tiene aplicaciones para procesos de aprendizaje, generalmente el caso plantea preguntas para que sean resueltas según la estrategia definida por los docentes.

Referente a cuándo evalúo, lo hago
*Al iniciar el curso, con una evaluación diagnóstica, la cual que me permite conocer qué tanto saben los estudiantes de la asignatura, me permite conocer las condiciones y posibilidades iniciales de aprendizaje o de ejecución de una o varias tareas sobre los saberes adquiridos, con los que cuentan los alumnos, lo que permite guiar su aprendizaje y al tomar decisiones pertinentes.

*Durante el curso ( evaluación formativa), la cual me permite determinar si las unidades de competencia se están alcanzando o no y lo que es preciso hacer para mejorar el desempeño de los estudiantes.

*Al finalizar el curso ( evaluación sumativa), me permite tomar decisiones pertinentes para asignar una calificación a cada estudiante que de forma objetiva, demuestre el logro de las unidades de competencia en un periodo previamente determinado a evaluar.

Es importante mencionar que La evaluación está condicionada por disposiciones legales que la inspiran y la regulan , los docentes no pueden hacer la evaluación de la manera que se les antoje, en el momento que quieran, con la nomenclatura que consideren oportuna, y sobre los aspectos que se les antoje.

Además la forma de hacer la evaluación está supervisada por diversos agentes que velan por el fiel cumplimiento de la norma.



Lamentablemente en mi plantel la mayoría de los docentes se resisten al cambio y siguen evaluando de manera tradicional, cada bimestre les aplican un examen a los estudiantes el cual corresponde al 100% de su calificación final, no toman en cuenta ningún otro rubro, lo cual considero totalmente deplorable ya que únicamente miden y califican el aprendizaje sin considerar la calidad de éste, tampoco consideran las potencialidades de los estudiantes y básicamente la evaluación que realizan es cuantitativa, lo cual ocasiona que los alumnos en la institución siempre tengan la sensación de no saber exactamente, por qué o cómo fue, que obtuvieron una nota aprobatoria.

Debo decir que algunos de los estudiantes son felices con estos maestros ya que para ellos lo importante es aprobar el semestre, sin embargo existen también estudiantes que identifican perfectamente a los docentes que realizan su labor solo para tener una vida asegurada ( por obligación) sin preocuparse realmente por realizarla de la mejor manera y a los docentes por vocación que realmente se preocupan por que el aprendizaje de los estudiantes sea significativo.

Los comentarios en los pasillos nos evidencian a todos y cada uno de los docentes que laboramos en el plantel y es grato escuchar cuando reconocen tu labor.

De manera particular la evaluación que realizo con mis alumnos es continua, diariamente les estoy evaluando no solo en lo que respecta a la adquisición de conocimientos, también les evalúo actitudes, habilidades y comportamiento.

Para mí un examen no me permite tener la seguridad de que el estudiante realmente adquirió los conocimientos de manera significativa, puede suceder que un alumno que realmente sea dedicado en las clases, que sea puntual, responsable etc y el día del examen haya tenido problemas familiares y al momento de hacerlo no se concentre y repruebe. O puede suceder que un alumno que casi nunca entra a clases, que es indisciplinado y nunca tiene disposición al trabajo, en el examen con ayuda de un acordeón saca 10. Lo cual no es justo considerar solo un examen para definir si el estudiante aprueba o no.

Por la anterior razón en mi asignatura la mayoría de los casos trabajo con problemas situados para corroborar que realmente el estudiante sabe aplicar los conocimientos adquiridos y para aprobar mi materia les evalúo el procedimiento realizado, la disposición al trabajo, la responsabilidad, el orden , la limpieza, la disciplina, el trabajo en equipo, la justicia, solidaridad, etc. por que es importante formar personas, no solamente buenos profesionales.

A mi alumnos les brindo todas las facilidades posibles para que aprueben, obviamente no les regalo la calificación ni los apruebo sin merecerlo, continuamente los estoy motivando para que cambien sus actitudes y desarrollen competencias. Con el paso del tiempo me he dado cuenta que mis exalumnos que más dificultades tenían no solo en mi materia sino en varias, al llegar a la universidad son de los más destacado, es realmente sorprendente, por esta razón considero que no debemos truncar el desarrollo académico de un estudiante reprobandolo porque quizás se le dificulte nuestra asignatura, pero puede ser muy bueno en otras áreas.

En en lugar donde laboro es muy notorio encontrar este tipo de situaciones de alumnos destacados en mi área por ejemplo, pero reprueban inglés y por una u otra causa no logran aprobar, lo cual es motivo de deserción del alumno, lo cual ocasiona que con el paso del tiempo esos alumnos trunquen sus estudios y se conviertan en alcohólicos o drogadictos.

Por otro lado en mi escuela es raro que haya reuniones de padres de familia, desde hace algunos años ha habido problemas de índole sindical que no han permitido realizarlas.
Sin embargo existen padres de familia que se preocupan por la situación de sus hijos y acuden directamente con el responsable del departamento de servicios escolares y resulta que siempre la respuesta de él, es: "aún no tengo calificaciones".
Las fechas establecidas para la entrega de éstas casi nunca se cumplen ya que los docentes tradicionalistas se esperan a aplicar el examen al final del bimestre y al final se les juntan todos los exámenes para calificar y se les hace imposible cumplir con las fechas.
En mi caso la evaluación continua me ha favorecido por que con la ayuda de mis listas de cotejo, rúbricas y portafolio de evidencias puedo conocer el logro de las competencias que mis estudiantes han desarrollado y hablar abiertamente sobre la situación académica de cualquiera de ellos.

Considero que como docentes de hoy debemos romper con los viejos paradigmas de evaluación, es totalmente necesario que nuestros estudiante sean evaluados en base a su capacidad de analizar, resolver y generar cambios tanto en conducta como en la realidad de su entorno.